La nivelación en una obra

Uno de los aspectos más importantes para cualquier tipo de obra es trabajar sobre un suelo nivelado. La nivelación es clave para partir de una base robusta que sea capaz de soportar el resto de la obra. Tanto en horizontal como en vertical, hay que comprobar y mantener esos ejes en perfecto nivel.

Algunos de sus beneficios son:

  • Una posterior limpieza fácil de la superficie.
  • Una mayor seguridad, sobre todo en superficie horizontal, ya que se evitan tropiezos o pérdidas de equilibrio por desnivel.
  • Una menor probabilidad de retención y/o filtración de agua.
  • Un alargamiento de la vida útil de la superficie y mejor estética.

¿Qué son los sistemas de nivelación?

Los sistemas de nivelación son aquellas herramientas que nos ayudan a nivelar la instalación, por ejemplo, de un suelo de baldosas de cerámica. Se componen de calzos, cuñas, campanas o roscas.

El sistema de nivelación de cuñas y calzos es el más usado. El calzo es la parte que se coloca en el adhesivo, debajo de la cerámica y no se puede recuperar. La cuña es la pieza que ejerce la fuerza sobre el calzo y las baldosas. Se inserta dentro del calzo. Según el espesor del azulejo, las cuñas se colocan con unos alicates.

 

El sistema de nivelación de rosca consta de calzo, varias medias y la tuerca. El calzo tiene una rosca macho donde se enrosca la tuerca para ejercer presión sobre los azulejos o pavimentos a nivelar. Este sistema no precisa de tenazas para la nivelación, nos bastamos con las manos. Como diferencia respecto al sistema de cuñas, con el sistema de nivelación de rosca sólo necesitamos 1 rosca por vértice, donde se juntan 4 piezas, por lo que se suelen consumir menos piezas con este sistema. También se puede utilizar para juntar 2 piezas con otro tipo de calzo, al igual que el sistema de cuñas.

 

Pasos a seguir durante la nivelación

Para un buen uso del sistema de nivelación, hay que seguir una serie de pasos:

  1. Hay que asegurarse de que la superficie no presenta grandes desniveles, con un máximo de 2 mm en 2 m.
  2. Una vez comprobado que se cumple el límite de desnivel mencionado, mezclamos el adhesivo a utilizar.
  3. Aplicamos el adhesivo con la técnica del doble encolado tanto en la baldosa a colocar como en el soporte.
  4. Colocamos la primera pieza con la ayuda de una maza de goma y un nivel. Esta primera pieza será nuestra guía.
  5. Colocamos las siguientes piezas contiguas a la guía.
  6. Colocamos los calzos, primero uno a 5 cm de la esquina y vamos recorriendo el borde de la pieza colocando un calzo cada 15 cm.
  7. Añadimos las cuñas en las porterías, teniendo en cuenta el sentido de colocación de las cuñas, ya que las nuevas piezas bajarán al mismo nivel de la guía. Han de estar colocadas hacia la pieza recién colocada.
  8. Repetimos el proceso con las nuevas piezas.
  9. Una vez se haya secado el adhesivo, retiramos las cuñas con un ligero golpe en seco en sentido perpendicular a estas.
  10. Rellenamos la junta y limpiamos los restos para dar por finalizado el trabajo.

 

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